miércoles, 10 de abril de 2013

Crema de verdura

Es uno de los platos que más me gusta hacer y que además hago a menudo. Es sano, fácil y muy útil al tener muchas variaciones, te saca de un apuro porque la tienes congelada y la pones en un imprevisto, en una cena la puedes sofisticar un poco con virutas de jamón, gotas de aceite de oliva, unas colas de langostinos cortadas, ...., en fin, que de verdad  es un plato estupendo.

Por supuesto me gusta también porque puedes usar todas esas verduras que tienes en la nevera y que ya no sabes qué hacer con ellas: la verdura que usaste para hacer el caldo y que nadie se ha comido, la zanahoria que se ha quedado arrugada, las hojas de lechuga que no puedes poner en la ensalada, las endibias que ya no están para poner en crudo, el apio que se ha quedado mustio, esas hojas de perejil que ya están amarillas, el calabacín que está un poco blando, el trocito de cebolla que no sabes qué hacer con ella, .., y así con el resto de verduras.

Yo no pongo nata líquida, ni quesito, ni cubo. La hago lo más suave y sencilla posible, también pensando en el tema "engorde". Dependiendo de la verdura, sí suelo añadir alguna especia tipo curry, por ejemplo.

Reviso la nevera y despensa y saco todas las verduras que quiero utilizar. Si tenemos que comprar verdura, mi consejo es:
Puerro
Cebolla
Calabacín
Zanahoria
Apio

que se pueden mezclar con lo que tengamos en la nevera, todo lo que he comentado al principio y otras cosas que cada uno pueda tener tipo acelgas, judías verdes, espinacas, brocoli, coliflor, ...., tanto crudas como ya cocinadas. Eso sí, no pongo tomate, ni crudo ni hecho.

Las lavo y pelo, las que haya que pelar, y las corto en trozos medianos. En una olla grande, pongo un poco de aceite, cebolla cortada en cuadrados pequeños o picada en la picadora, algunas hierbas frescas, si tenemos, picadas también, y si os gusta el aroma que deja el ajo, un par de dientes enteros con la piel para que se dore y después se quita, antes de triturar la verdura. Si tengo puerro, en el sofrito también pongo todo el puerro.

Cuando la cebolla (y puerro) está dorada, añado toda la verdura y dejo que se dore bien, no que se queme, que se dore un poco y que coja el sabor de la cebolla. Este paso me parece importante porque es el que, en mi opinión, da sabor a la crema. Lo dejo a fuego medio hasta que veo que la verdura coge un poco de color y que la verdura más fina se va quedando transparente. Si tengo verdura ya hecha, la pongo también. Añado agua hasta cubrir todo y también sal y pimienta. Subo el fuego hasta que hierva y en ese momento lo bajo un poco para que no se salga el agua. Lo dejo hasta que veo que la verdura más dura está cocida. 

Lo dejo enfriar y lo paso todo por la Thermomix. Este electrodoméstico es una buena ayuda para tener en la cocina. No es imprescindible, claro que no, pero sí es muy útil. Las cremas de verdura con la Thermomix quedan espectaculares; no es lo mismo un puré de verdura que una crema suave, una velouté, que podemos poner en una cena. Si no tenemos Thermomix, usamos la batidora o el vaso que tengamos. En este caso, hay que verificar después que no queden hebras o similar y, en caso positivo, pasarlo por un colador muy fino.

Y ya está. Al calentarlo, lo pruebo para rectificar de sal y pimienta en caso sea necesario.

Suelo hacer más de lo que necesito para la cena o comida que esté preparando porque me gusta tener siempre de reserva en el congelador.

Para servirla, la presento directamente en las tazas de consomé y la adorno de diferentes formas: con virutas de jamón, con unas gotas de aceite de oliva o aceite con algún sabor, con un toque de pimentón dulce (el contraste del color del pimentón con el color de la crema queda muy bonito), con unos trocitos de gamba o langostino cortados y puestos sobre la crema, con debollino picado, con daditos pequeños de pan tostados en mantequilla, ..., un montón de opciones y todas buenísimas.

Crema de verdura con unas gotas de aceite de oliva y un toque de pimiento rojo














 

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