lunes, 29 de abril de 2013

Dip de huevas

Ingredientes
Queso Philadelphia
Cebolla muy picada
Un poco de apio picado
Huevas: las que más nos gusten. A veces las pongo negras y otras veces naranjas.
Un poco de sal (con cuidado porque las huevas son saladas), salsa picante tipo Tabasco, aceite de sésamo (unas gotas, que es muy fuerte).

Mezclar todo bien y probar para rectificar el punto de sal, añadir un poco más de cebolla, o de huevas, o de picante, ... Si vemos que está muy "pastoso", añadir un poco de agua. Nos tiene que quedar una consistencia que pueda cogerse con un palito de verdura. 

Colocarlo en un bol con la verdura alrededor. También puede ponerse directamente en las hojas de endibias. 

Está muy bueno y es realmente fácil. Triunfais seguro. También lo podeis presentar en unas tostadas, con un poco de perejil picado encima.

"Flanes" de arroz (tras una comida de domingo!)

Ayer fue domingo y organizamos comida en casa. Lo que en principio era sólo una comida, a medida que fue pasando el día, se convirtió en una merienda y terminamos con una cena.

Como escribí en la entrada que se llama "Las comidas de los domingos", suele ocurrir lo que pasó ayer: que empezamos siendo ocho, luego llegan tres a tomar café, luego aparecen otros dos a merendar, se van  dos a media tarde y al final somos 10 para cenar. Con el tipo de comida que publiqué en esa entrada, puedes manejarte bastante bien porque con lo que queda del aperitivo y del postre, preparas las merienda y con lo que queda de la comida, le das una vuelta y preparas la cena.

Ayer como plato principal pusimos risotto (ver la receta que ya está publicada). El aperitivo fue parecido al que publiqué en "Las comidas de los domingos".


Como cosas nuevas, pusimos un dip de huevas y una ensalada de tomate (tomate cortado en cuadrados pequeños con sal Maldon y aceite). Esta ensalada la suelo hacer en verano, en el norte, cuando el tomate es bueno. La hice ayer porque en la frutería donde solemos comprar nos dijeron que el tomate estaba riquísimo y efectivamente así era, por lo que con un poco de sal y aceite es suficiente.

Dip de huevas
Queso Philadelphia
Cebolla muy picada
Un poco de apio picado
Huevas: las que más nos gusten. A veces las pongo negras y otras veces naranjas.
Un poco de sal (con cuidado porque las huevas son saladas), salsa picante tipo Tabasco, aceite de sésamo (unas gotas, que es muy fuerte).

Mezclar todo bien y probar para rectificar el punto de sal, añadir un poco más de cebolla, o de huevas, o de picante, ... Si vemos que está muy "pastoso", añadir un poco de agua. Nos tiene que quedar una consistencia que pueda cogerse con un palito de verdura. 

Colocarlo en un bol con la verdura alrededor. También puede ponerse directamente en las hojas de endibias.

El plato principal de la cena fue un reciclaje del risotto que había quedado del mediodía. Me encantan estos platos, es decir, me encanta hacer algo muy bueno con el resto o los restos de otro plato hecho previamente. Por esta razón, casi siempre hago más cantidad de la necesaria, porque luego el reciclaje está buenísimo.

En este caso, poner el arroz que haya sobrado en un bol. Añadir huevos, queso rallado, sal, pimienta, nuez moscada, y mezclar todo bien. La cantidad de huevos depende de la cantidad de arroz que haya sobrado; nos tiene que quedar una consistencia pastosa, no líquida. Si en vez de risotto, tenemos arroz blanco u otro tipo de arroz, se hace exactamente igual. Lo único que si es blanco, podemos añadir un poco de jamón de york cortado en cuadrados pequeños, un sofrito de cebolla o de puerro, ...., lo que queramos para darle un poco de gracia.

Colocamos esta mezcla en un molde de silicona similar a los que aparecen en la foto.

Cortamos unos dados de queso que tenga sabor, que sea algo fuerte, lo hundimos con la mano en el centro de cada flan y verificamos que esté bien tapado con la mezcla de arroz. Este detalle es importante para que el queso se derrita dentro del arroz, que no se salga.

Espolvoreamos con queso rallado y metemos al horno previamente caliente, unos 20-25 minutos a unos 200 grados, hasta que vemos que han subido y están dorados por encima.


Ayer pusimos salsa de tomate caliente para acompañar los flanes.




Y así terminó un domingo intenso y estupendo!

sábado, 27 de abril de 2013

Verdura salteada con algo más


Tengo once sobrinos y ocho están trabajando, estudiando y/o viajando fuera de España. Una de ellas en concreto, está recorriendo Australia en bicicleta. Cuando le dije que había empezado con el blog, me pidió que le diera alguna receta que fuera fácil y que pudiera llevar los ingredientes en la bici. Que estaba ya algo cansada de comer pasta con tomate, que le salía buenísima, pero que no podía más.

La verdad es que he tardado un poco en ponerme a escribir porque no es fácil lo que pide la sobrina. Me dice también que lo básico siempre lo tiene: aceite, sal, pimienta, ajo, cebolla, .... He pensado que unas verduras salteadas a las que puede añadir unas tiras de pollo o de carne, podría ser una buena opción para comer algo fresco y sano.

En la foto, la verdura que aparece en la fuente es calabacín y champiñón. También puede ser berenjena, un mix de pimientos rojos, verdes y amarillos, cebolla cortada en media lunas grandes, puerros, ... También el brócoli y la coliflor me gustan así, que quedan como "al dente".

Después de lavada, se corta la verdura más o menos toda del mismo tamaño. En una sartén grande (o wok) se pone aceite y ajo cortado en láminas. Se añade la verdura y se rehoga todo bien para que coja un poco de color, que se dore un poco. 

Al hacer la verdura así, me gusta poner un poco de salsa de soja, en vez de sal, que le da un toque oriental muy bueno. Si no tenemos o no nos gusta, añadir sal y pimienta al gusto. Tapar durante aproximadamente 10 minutos para que se haga en su propio vapor, probar y mover hasta que vemos que la verdura está a nuestro gusto. Si queremos que queda más jugosa o ponemos verdura un poco más dura, podemos añadir un poco de agua.

Si tenemos perejil o albahaca, ponemos al final un poco picado y mezclamos.

Si la hacemos simplemente así, nos sirve como un primer plato o como acompañamiento de un pescado o carne.

Lo que sugiero para convertirlo en un plato principal es añadir (1) unas tiras de pollo, de ternera o de cerdo, (2) gambas o langostinos y/o (3) fideos de arroz, según las preferencias de cada uno. 

En el caso del pollo/ternera/cerdo: cortar en tiras y en una sartén dorar con un poco de aceite. Añadir sal/pimienta al gusto. Saltearlo a fuego vivo hasta que veamos que está en el punto que nos gusta. El pollo se hace muy rápido. La ternera y el cerdo pueden tardar un poco más y si vemos que no está tierna, añadir un poco de agua y bajar el fuego hasta que lo esté. Cuando vemos que está en su punto, añadimos la verdura y lo mezclamos todo bien. Para mi sobrina la de Australia, hazlo con pollo.

En el caso de las gambas o langostinos, yo uso cogelados para este tipo de platos  que están buenísimos. Sin descongelar, los rehogo en un poco de aceite a fuego vivo hasta que veo que están, añado sal/pimienta, y lo mezclo con la verdura.

Los fideos de arroz los podemos añadir a las verduras solas y también con la carne o con las gambas/langostinos, queda un plato completo y muy rico. Los fideos se sumergen en agua hirviendo y se sacan, se escurren y se añaden a la verdura mezclando bien todo. Probamos y si es necesario añadimos un poco más de salsa de soja.

Si nos gusta, este plato está muy bueno un poco picante. Basta añadir una guindilla al principio, en el aceite en el que vamos a rehogar las verduras.






sábado, 20 de abril de 2013

Risotto alla Milanesa

He estado dos días en Torino (Italia), con unos amigos de Lorenzo. Ha sido un viaje precioso e intenso. Os recomiendo ir a Torino y pasar 2-3 días. Es una ciudad realmente bonita y no entiendo bien por qué tiene tan poca "fama". Es señorial, tiene unas plazas porticadas increíbles, el río con unos puentes fantásticos y muchas cosas que ver y hacer, además de tomar el aperitivo y comer estupendamente, claro. 

Los aperitivos en Italia son casi comidas: dependiendo de dónde vayas, te sacan unos platos llenos de mini pizzas, hojaldres, croquetas pequeñas, mini medias noches, de verdad una gozada.

 
Aperitivo en Torino, sólo con los aperitivos fríos, porque hice la foto antes de que llegaran los calientes!

El plato de aperitivos calientes que llegó luego, tenía dos tipos de pizzas en miniatura y dos quiche.

Para beber, suelo tomar Aperol Spritz: es un combinado que tiene 1/3 de Aperol, 1/3 de vino blanco y 1/3 de soda.  Lo sirven con hielo y rodajas de naranja. Está buenísimo!

Nota añadida el 20 mayo 13: justo unos días después de publicar esta entrada, empezó en Madrid la campaña de publicidad de Aperol. Qué casualidad, la verdad.



Los amigos con los que he estado en Torino, tienen una casa rural en la Toscana https://www.facebook.com/podere.carpineto?fref=ts que también recomiendo para unas vacaciones. Está en medio del campo, el pueblo más cercano está a 5 km, producen su propio aceite de oliva, tiene piscina, ..., en fin, como para perderse.

Antes de irme el último día, comí con ellos e hicimos Risotto alla milanesa. El risotto en principio es fácil de hacer, no es un plato complicado; la única dificultad está en darle el punto correcto al arroz, que no se quede crudo ni pasado, y a la vez que nos quede bien mantecado, ni muy líquido ni muy compacto.

Os pongo a continuación la receta básica con las fotos del proceso. Lo bueno del risotto es que con esta base, se puede añadir lo que queramos, por lo que hay mil y una versiones: ai funghi, al gorgonzola, ai carciofi, al champagne, ....

Ingredientes
  • Arroz de grano redondo: imprescindible que sea de grano redondo
  • Cebolla 
  • Aceite de oliva 
  • Mantequilla 
  • Queso parmesano: bueno, no el que viene ya en bolsa, rallado, que sea abundante 
  • Vino blanco: cuando mejor sea el vino, mejor, pero podemos usar cualquiera 
  • Sal 
  • Azafrán 
  • Caldo: si es casero, mejor. En caso de no tenerlo, usamos caldo envasado
  • Tuétano: al hacer el caldo, poner un par de huesos de caña con tuétano. Lo usaremos para hacer el arroz


Nota: el bol de aceitunas es sólo para hacer el bodegón. Son las aceitunas que cultivan ellos en Toscana.
 









 
 








Cortar la cebolla mientras ponemos el aceite a calentar en una cazuela de aproximadamente 30-35 cm de diámetro y no muy alta (10-15 cm). La que que se ve en la foto (la que usamos en Torino) para mi gusto es un poco alta. Añadimos la cebolla y la dejamos a fuego lento hasta que quede transparente. Cuando vemos que está casi hecha, añadimos el tuétano y movemos hasta que se disuelve. En Torino no pusimos tuétano porque no teníamos.




Cuando la cebolla está hecha, añadimos el arroz y lo rehogamos bien con la cebolla hasta que vemos que el borde del grano queda como transparente.

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Añadimos el vino blanco mientras movemos el arroz. No lo he dicho antes: simpre utilizamos  cuchara de madera. 

No hay que tener miedo con el vino blanco. En la foto vemos que echamos un vaso pequeño pero luego añadimos otro más. El vino da un aroma estupendo. Movemos el arroz hasta que el vino se evapora. 

En otro fuego tenemos al caldo caliente: el que usamos nosotros en Torino tenía todavía la carne (morcillo y huesos) que habían usado para hacerlo. En otra publicación escribiré un par de ideas para hacer con la carne del caldo, que están buenísimas.

Una de las grandes diferencias entre el risotto y el arroz que hacemos en España, es que en el risotto el caldo no se mide: vas añadiéndolo poco a poco mientras lo mueves hasta que el risotto tiene el punto justo.


En este momento añadimos el azafrán. En Torino, lo añadimos directamente al arroz. Mi madre, lo deshace primero con caldo en un bol y luego lo añade. En cuanto a la cantidad de azafrán, es algo complicado deciros cuánto poner porque depende mucho de la calidad, de si nos gusta muy amarillo o no, ... En éste que estamos haciendo, pusimos dos cucharitas bastante llenas.

Seguimos añadiendo caldo y moviendo y probamos de vez en cuando para ver el punto. 

Cuando vemos que prácticamente está hecho, ponemos un buen trozo de mantequilla y parmesano en abundancia. En las fotos de abajo vemos que añadimos parmesano dos veces.

Apagamos el fuego y movemos bien hasta que la mantequilla y el queso están bien mezclados con el arroz. Este último paso, junto con el almidón que ha ido soltando el arroz, es lo que hace que el risotto quede "mantecato".

En cuanto a la sal, es otro de los temas que vas viendo a medida que lo haces: hay que tener en cuenta el punto de sal del caldo y que el parmesano está salado. Lo que hago yo es ajustarlo de sal cuando está a mitad cocción, teniendo en cuenta que aún falta añadir el parmesano que lo termina de salar.

El aspecto que nos tiene que quedar es éste:


Cuando comentaba el tipo de cazuela que debemos usar no he dicho que normalmente uso una que luego saco directamente a la mesa, poniendo dos paños de cocina limpios alrededor, enrollados y anudados en las asas de la cazuela.


Espero que lo hagais y que disfruteis. Cualquier duda, sugerencia, comentario, ..., no dejeis de escribirme.

Doy las gracias a Franco y Cesarina porque pasé dos días estupendos con ellos, el risotto estaba buenísmo y Torino es una ciudad que de verdad merece mucho la pena visitar.




miércoles, 10 de abril de 2013

Crema de verdura

Es uno de los platos que más me gusta hacer y que además hago a menudo. Es sano, fácil y muy útil al tener muchas variaciones, te saca de un apuro porque la tienes congelada y la pones en un imprevisto, en una cena la puedes sofisticar un poco con virutas de jamón, gotas de aceite de oliva, unas colas de langostinos cortadas, ...., en fin, que de verdad  es un plato estupendo.

Por supuesto me gusta también porque puedes usar todas esas verduras que tienes en la nevera y que ya no sabes qué hacer con ellas: la verdura que usaste para hacer el caldo y que nadie se ha comido, la zanahoria que se ha quedado arrugada, las hojas de lechuga que no puedes poner en la ensalada, las endibias que ya no están para poner en crudo, el apio que se ha quedado mustio, esas hojas de perejil que ya están amarillas, el calabacín que está un poco blando, el trocito de cebolla que no sabes qué hacer con ella, .., y así con el resto de verduras.

Yo no pongo nata líquida, ni quesito, ni cubo. La hago lo más suave y sencilla posible, también pensando en el tema "engorde". Dependiendo de la verdura, sí suelo añadir alguna especia tipo curry, por ejemplo.

Reviso la nevera y despensa y saco todas las verduras que quiero utilizar. Si tenemos que comprar verdura, mi consejo es:
Puerro
Cebolla
Calabacín
Zanahoria
Apio

que se pueden mezclar con lo que tengamos en la nevera, todo lo que he comentado al principio y otras cosas que cada uno pueda tener tipo acelgas, judías verdes, espinacas, brocoli, coliflor, ...., tanto crudas como ya cocinadas. Eso sí, no pongo tomate, ni crudo ni hecho.

Las lavo y pelo, las que haya que pelar, y las corto en trozos medianos. En una olla grande, pongo un poco de aceite, cebolla cortada en cuadrados pequeños o picada en la picadora, algunas hierbas frescas, si tenemos, picadas también, y si os gusta el aroma que deja el ajo, un par de dientes enteros con la piel para que se dore y después se quita, antes de triturar la verdura. Si tengo puerro, en el sofrito también pongo todo el puerro.

Cuando la cebolla (y puerro) está dorada, añado toda la verdura y dejo que se dore bien, no que se queme, que se dore un poco y que coja el sabor de la cebolla. Este paso me parece importante porque es el que, en mi opinión, da sabor a la crema. Lo dejo a fuego medio hasta que veo que la verdura coge un poco de color y que la verdura más fina se va quedando transparente. Si tengo verdura ya hecha, la pongo también. Añado agua hasta cubrir todo y también sal y pimienta. Subo el fuego hasta que hierva y en ese momento lo bajo un poco para que no se salga el agua. Lo dejo hasta que veo que la verdura más dura está cocida. 

Lo dejo enfriar y lo paso todo por la Thermomix. Este electrodoméstico es una buena ayuda para tener en la cocina. No es imprescindible, claro que no, pero sí es muy útil. Las cremas de verdura con la Thermomix quedan espectaculares; no es lo mismo un puré de verdura que una crema suave, una velouté, que podemos poner en una cena. Si no tenemos Thermomix, usamos la batidora o el vaso que tengamos. En este caso, hay que verificar después que no queden hebras o similar y, en caso positivo, pasarlo por un colador muy fino.

Y ya está. Al calentarlo, lo pruebo para rectificar de sal y pimienta en caso sea necesario.

Suelo hacer más de lo que necesito para la cena o comida que esté preparando porque me gusta tener siempre de reserva en el congelador.

Para servirla, la presento directamente en las tazas de consomé y la adorno de diferentes formas: con virutas de jamón, con unas gotas de aceite de oliva o aceite con algún sabor, con un toque de pimentón dulce (el contraste del color del pimentón con el color de la crema queda muy bonito), con unos trocitos de gamba o langostino cortados y puestos sobre la crema, con debollino picado, con daditos pequeños de pan tostados en mantequilla, ..., un montón de opciones y todas buenísimas.

Crema de verdura con unas gotas de aceite de oliva y un toque de pimiento rojo














 

lunes, 8 de abril de 2013

Ensaladilla de casa

Esta receta de ensaladilla la aprendí en Pamplona, en un restaurante al que fuimos el día de la graduación de una de mis sobrinas. Es muy sencilla y está realmente buena.

Los ingredientes son:
Atún en aceite
Aceitunas rellenas de anchoa
Huevo duro
Mayonesa
Sal al gusto

Escurrir bien el atún para quitarle la mayor cantidad posible de aceite. Desmigarlo con un tenedor. Cortar las aceitunas y el huevo duro en trozos pequeños. Mezclar todo y añadir la mayonesa y sal al gusto y mezclar todo bien. Probar y rectificar de sal si es necesario. 

Las proporciones de cada ingrediente son difíciles de decir. El importante la aceituna rellena de anchoa, no puede ser sin relleno, porque la anchoa le da un toque especial.



Para presentarla, hago palitos de apio y zanahoria de aproximadamente 6-7 centímetros. En una fuente redonda, coloco en el centro un cuenco con la ensaladilla y alrededor los palitos de apio y de zanahoria. También pueden ser hojas de endibia o la verdura que cada uno prefiera: brocoli, coliflor, calabacín, ...

Mezcla de quesos al horno en pan de pueblo


Esta receta me la dio una amiga hace muchos años y la verdad es que siempre que lo hago, queda bien. Es para picoteo.

Mezclar varios quesos tipo mozzarella, gruyère, ..., cortados finos y/o rallados. Hay unas bolsas en las que ya viene la mezcla hecha que son las que normalmente uso. Añadir cebolla picada, mayonesa, sal, pimienta y un chorrito de vino blanco y/u oporto. Mezclar todo bien.

El pan tiene que ser redondo y alto. Con un cuchillo de pan, cortamos la parte de arriba del pan (lo más arriba que podamos) y lo vaciamos quitando toda la miga (yo lo hago con la mano). En el hueco ponemos la mezcla de quesos hasta que llenamos todo el hueco. Colocamos encima la tapa de pan de forma que parece que el pan está entero.

Ponemos el pan en una fuente de horno untada con un poco de aceite para que no se pegue. Ayer yo lo puse en  la rejilla del horno con papel de plata untado con aceite y luego lo saqué en una fuente. Lo metemos al horno previamente caliente a 200º y lo dejamos aproximadamente 45 minutos. El queso tiene que derretirse completamente. Hay que tener un poco de cuidado porque a veces se quema el pan por fuera. Para evitarlo, lo cubro bien con papel de plata y se lo quito en los últimos 10 minutos.

Para comerlo, se van cortando trozos de pan con la mano y se mojan en el queso. Está buenísimo aunque la única pega, por poner alguna, es que al mojar el pan en el queso quedan esos hilillos que no se rompen ni queriendo y es un poco "difícil" de comer.

Dos ideas adicionales:
  1. Si no tienes pan de pueblo, con la mezcla de quesos puedes hacer tartaletas con pan tostado y gratinarlas en el horno. 
  2. Si tienes restos de varios quesos en la nevera, los cortas todos en trocitos lo más pequeños que puedas y si son duros, los rallas, y añades el resto de ingredientes.

Pimientos rojos asados y más


Si tengo tiempo, me gusta mucho asar los pimientos en el horno. Sobre todo, por el olor que sale del horno.

Los lavo, los seco un poco (no mucho) para que al poner la sal se quede pegada. En una fuente de horno, pongo un poco de aceite en el fondo, los pimientos y unos dientes de ajo sin pelar. Los meto en el horno previamente caliente a 180º-190º grados hasta que la piel se quema. El tiempo es difícil de calcular, hay que ir viéndolo. Los pimientos se van arrugando y la piel se va poniendo negra. Los doy la vuelta cuando veo que ya están por un lado para que la otra parte se quede también negra. Insisto en el color porque es más fácil pelarlos luego. 


Cuando están asados, se dejan enfriar un poco y se pelan con las manos. Se quitan las pepitas con cuidado de no romperlos y se cortan en tiras. A partir de aquí, a mí me gusta cocinarlos como explico a continuación, pero también se pueden dejar así y aliñarlos con ajo picado, aceite y un poco de sal al gusto. Mi hermano los hace así y están también muy buenos.

En una cazuela poner un poco de aceite y ajo cortado en láminas. Dorar un poco el ajo, no mucho, y añadir los pimientos en tiras. Poner sal y un poco de azúcar. Yo también añado una guindilla y a veces orégano. Si es temporada de albahaca, unas hojas de albahaca. Si en la fuente de horno ha quedado algo de jugo, lo añado. Dejarlo a fuego lento hasta que los pimientos van quedando oscuros; por lo menos una hora. Si la cocina es de gas y tienes un cacharro de barro, quedan buenísimos hecho en barro. Pero no es imprescindible. 

Como asar los pimientos en el horno es algo "laborioso", quedan también estupendos usando pimientos envasados y haciéndolos de la misma forma.

Normalmente los pongo en el apertivo para tomar con las anchoas, con tortilla de patata o con morcilla (hecha al horno). También solos, con una rebanada de pan tostado. Pero se pueden usar para un montón de cosas: acompañamiento de una carne o de un pescado, un revuelto, una paella, huevos rellenos, ..., en fin, que son bastante útiles.

A mí no me gustaban los pimientos, ni rojos, ni verdes, me sentaban fatal. Cuando me casé, los empecé a tomar en casa de mi suegra, que los hace muy bien. Ha sido ella la que me ha enseñado y desde entonces los hago mucho y he ido añadiendo mis propios truquillos. Lo digo porque si a alguno de los que lean esta publicación le pasa lo mismo, que intente hacerlos y los pruebe. No sé bien qué ocurre con los pimientos al cocinarlos así (después de asarlos, eso sí) que no sientan mal.

domingo, 7 de abril de 2013

Las comidas de los domingos

Los domingos organizamos comidas en casa con amigos y familia. Me gustan estas comidas. Es una buena ocasión para estar juntos, beber, comer, a veces bailar y sobre todo, disfrutar. 

Como es bastante habitual que durante la mañana del domingo el número de comensales varíe, hemos implantado poner un aperitivo abundante que tomamos de pie y/o sentados, dependiendo de cada uno y de cuántos seamos, después un plato único y el postre. Con esta organización, si falla alguien o se añaden algunos a última hora, la verdad es que no importa.

En la comida de ayer éramos nueve. De aperitivo pusimos:
  • Anchoas del Cantábrico
  • Boquerones en vinagre
  • Pimientos rojos hechos en casa
  • Tabla de quesos y tabla de fiambres (parecida a la foto que publiqué en la primera entrada del Blog)
  • Caracoles a la vizcaina hechos por mi cuñada (le tengo que pedir la receta, que yo no sé hacerlos)
  • Mezcla de quesos al horno en pan de pueblo
  • Ensaladilla al estilo de casa con palitos de zanahoria y apio
  • Cesta de pan variado, incluyendo el pan tostado en casa
  • Patatas fritas de freiduría, aceitunas, frutos secos variados
 
Cesta de pan variado

El plato principal, fue penne rigate con salsa bolognesa personalizada a mi manera.

De postre, fresas maceradas con azúcar y un poco de vinagre y bizcocho de harina de maíz. A esto, que era lo que nosotros teníamos previsto, se añadió lo que trajeron los invitados: dos tartas buenísimas de Torrehermosa, unas pastas de thé de Embassy y una caja de dulces orientales.

Las anchoas no tienen ninguna dificultad, lo único que a mí me gusta presentarlas bien porque, aunque sean buenísimas, si están todas amontonadas y pegadas, no las prueba nadie. Lo que hago es separarlas con las manos una por una (es un poco pringoso pero he probado de varias formas y al final es la más práctica) y colocarlas con el lomo hacia abajo en una fuente plana pero con un poco de borde para que el aceite que ponemos luego no se salga. Suelo colocar un par de capas. Si la fuente es más larga que las anchoas, mejor, porque puedes ir poniendo una anchoa hacia un extremo y la siguiente hacia el otro, y la segunda capa al contrario. Cuando ya están colocadas, añado perejil picado y luego aceite de oliva hasta que las cubro. Nunca uso el aceite en el que vienen envasadas. Si después de la comida, al recoger, sobra aceite, lo guardo en la nevera en un bote de cristal.

Con los boquerones hago lo mismo. A veces, si están un poco sosos, añado un poco de ajo picado, además del perejil y del aceite.

Pimientos rojos hechos en casa
Si tengo tiempo, aso los pimientos en el horno. Los lavo, los seco un poco (no mucho) para que al poner la sal se quede pegada. En una fuente de horno, pongo un poco de aceite en el fondo, los pimientos y unos dientes de ajo sin pelar. Los meto en el horno previamente caliente a 180º-190º grados hasta que la piel se quema. El tiempo es difícil de calcular, hay que ir viéndolo. Los pimientos se van arrugando y la piel se va poniendo negra. Los doy la vuelta cuando veo que ya están por un lado para que la otra parte se quede también negra. Insisto en el color porque es más fácil pelarlos luego. 


Cuando están asados, se dejan enfriar un poco y se pelan con las manos. Se quitan las pepitas con cuidado de no romperlos y se cortan en tiras. A partir de aquí, a mí me gusta cocinarlos como explico a continuación, pero también se pueden dejar así y aliñarlos con ajo picado, aceite y un poco de sal al gusto. Mi hermano los hace así y están también muy buenos.

En una cazuela poner un poco de aceite y ajo cortado en láminas. Dorar un poco el ajo, no mucho, y añadir los pimientos en tiras. Poner sal y un poco de azúcar. Yo también añado una guindilla y a veces orégano. Si es temporada de albahaca, unas hojas de albahaca. Si en la fuente de horno ha quedado algo de jugo, lo añado. Dejarlo a fuego lento hasta que los pimientos van quedando oscuros; por lo menos una hora. Si la cocina es de gas y tienes un cacharro de barro, quedan buenísimos hecho en barro. Pero no es imprescindible. 

Como asar los pimientos en el horno es algo "laborioso", quedan también estupendos usando pimientos envasados y haciéndolos de la misma forma.

Normalmente los pongo en el apertivo para tomar con las anchoas, con tortilla de patata o con morcilla (hecha al horno). También solos, con una rebanada de pan tostado. Pero se pueden usar para un montón de cosas: acompañamiento de una carne o de un pescado, un revuelto, una paella, huevos rellenos, ..., en fin, que son bastante útiles.

A mí no me gustaban los pimientos, ni rojos, ni verdes, me sentaban fatal. Cuando me casé, los empecé a tomar en casa de mi suegra, que los hace muy bien. Ha sido ella la que me ha enseñado y desde entonces los hago mucho y he ido añadiendo mis propios truquillos. Lo digo porque si a alguno de los que lean esta publicación le pasa lo mismo, que intente hacerlos y los pruebe. No sé bien qué ocurre con los pimientos al cocinarlos así (después de asarlos, eso sí) que no sientan mal.

Mezcla de quesos al horno en pan de pueblo
Esta receta me la dio una amiga hace muchos años y la verdad es que siempre que lo hago, queda bien. Es para picoteo.

Mezclar varios quesos tipo mozzarella, gruyère, ..., cortados finos y/o rallados. Hay unas bolsas en las que ya viene la mezcla hecha que son las que normalmente uso. Añadir cebolla picada, mayonesa, sal, pimienta y un chorrito de vino blanco y/u oporto. Mezclar todo bien.

El pan tiene que ser redondo y alto. Con un cuchillo de pan, cortamos la parte de arriba del pan (lo más arriba que podamos) y lo vaciamos quitando toda la miga (yo lo hago con la mano). En el hueco ponemos la mezcla de quesos hasta que llenamos todo el hueco. Colocamos encima la tapa de pan de forma que parece que el pan está entero.

Ponemos el pan en una fuente de horno untada con un poco de aceite para que no se pegue. Ayer yo lo puse en  la rejilla del horno con papel de plata untado con aceite y luego lo saqué en una fuente. Lo metemos al horno previamente caliente a 200º y lo dejamos aproximadamente 45 minutos. El queso tiene que derretirse completamente. Hay que tener un poco de cuidado porque a veces se quema el pan por fuera. Para evitarlo, lo cubro bien con papel de plata y se lo quito en los últimos 10 minutos.

Para comerlo, se van cortando trozos de pan con la mano y se mojan en el queso. Está buenísimo aunque la única pega, por poner alguna, es que al mojar el pan en el queso quedan esos hilillos que no se rompen ni queriendo y es un poco "difícil" de comer.

Dos ideas adicionales:
  1. Si no tienes pan de pueblo, con la mezcla de quesos puedes hacer tartaletas con pan tostado y gratinarlas en el horno. 
  2. Si tienes restos de varios quesos en la nevera, los cortas todos en trocitos lo más pequeños que puedas y si son duros, los rallas, y añades el resto de ingredientes.

Ensaladilla al estilo de casa con palitos de zanahoria y apioEsta receta de ensaladilla la aprendí en Pamplona, en un restaurante al que fuimos el día de la graduación de una de mis sobrinas. Es muy sencilla y está realmente buena.

Los ingredientes son:
Atún en aceite
Aceitunas rellenas de anchoa
Huevo duro
Mayonesa
Sal al gusto

Escurrir bien el atún para quitarle la mayor cantidad posible de aceite. Desmigarlo con un tenedor. Cortar las aceitunas y el huevo duro en trozos pequeños. Mezclar todo y añadir la mayonesa y sal al gusto y mezclar todo bien. Probar y rectificar de sal si es necesario. 

Las proporciones de cada ingrediente son difíciles de decir. El importante la aceituna rellena de anchoa, no puede ser sin relleno, porque la anchoa le da un toque especial.

Para presentarla, hago palitos de apio y zanahoria de aproximadamente 6-7 centímetros. En una fuente redonda, coloco en el centro un cuenco con la ensaladilla y alrededor los palitos de apio y de zanahoria. También pueden ser hojas de endibia o la verdura que cada uno prefiera: brocoli, coliflor, calabacín, ...

Ensaladilla al estilo de casa con palitos de zanahoria y apio

















viernes, 5 de abril de 2013

Puerros gratinados al horno

En la publicación "Por fin me lanzo" está la receta de las endibias gratinadas. 

Sólo quería añadir que el mismo plato puede hacerse con puerros, quedan también buenísimos. 

Se lavan bien, se corta la parte verde del final y las raíces y se hacen al vapor. Se cortan en trozos como de 10 centímetros y luego por la mitad a lo largo. A partir de aquí, se hacen igual que las endibias.

Un adorno sencillo para la mesa

Muchos de los productos que compramos vienen envasados en tarros de cristal: mayonesa, mermelada, pimientos rojos, aceitunas, ...., un montón de cosas. Trato de tener siempre en casa un surtido variado, es decir, no los tiro una vez están vacíos. Son muy útiles: congelar salsa de tomate, congelar caldo, guardar en la nevera algún resto, congelar esa salsa que nos ha quedado y no queremos tirar, poner el perejil con agua para conservarlo fresco, ... 

Además de estos usos bastante obvios, aprendí de mi madre otro que he utilizado bastante: los pequeños y medianos los utilizo como "mini floreros" para poner en la mesa con unas hojas verdes, hierbas aromáticas y si tienes alguna flor, perfecto, pero si no tienes, sólo con verde quedan muy bien. Suelo poner números impares (3, 5, 7) no sé por qué, queda mejor, y que sean diferentes, de distintas formas. Hay que quitar bien todas las etiquetas de papel (es muy fácil dejándolos en agua caliente). También sirven los envases de cristal de los yogures. 

En la mesa los puedes colocar como más te guste y dependiendo de la medida y forma de la mesa: a veces los pongo en linea recta dejando una separación entre cada uno, y otras veces en grupo, en el centro de la mesa.

Nota: tampoco tiro los vasos de las velas de olor. Los utilizo también para lo mismo.

Sólo con verde
Con flores cogidas en el campo, paseando a los perros

He mencionado a mi madre. Mi madre es italiana, de un pueblo de Liguria, Imperia, que está entre la frontera y Génova; llegó a España con 18 años, es decir, lleva aquí toda su vida, pero sigue siendo italiana, no puede disimularlo! De ella he aprendido muchísimo, la cocina y la comida han estado presentes en nuestra vida desde pequeños. Seguro que vuelve a salir en otras publicaciones, mucho de lo que sé, lo sé por ella.

Imperia - Oneglia (Italia)





Haciendo pescado

Esta mañana, tomando un café con una amiga, me ha comentado que tenía una cena esta noche y que iba a hacer pescado, en concreto lubina. Me encanta hacer pescado, sobre todo al horno, bueno, también sopa de pescado y una ensalada de verdel buenísima que me enseñó Fernando Canales hace unos años cocinando en casa juntos.

El pescado es una de las comidas en las que la calidad es mucho más importante que cualquier receta. Con la carne hay bastantes trucos para disimular si no está muy fresca o está un poco dura, pero con el pescado, o es fresco y bueno, o mejor comer otra cosa.

Si el pescado es fresco y bueno, a mí gusta hacerlo de una forma muy sensilla. Lo pido normalmente abierto. Lo pongo en una fuente de horno bonita, que pueda sacar a la mesa, en la que pongo un poco de aceite en el fondo. Coloco el pescado encima, pongo sal, pimienta, un chorro generoso de vino blano y otro hilo de aceite. Siempre de oliva. Lo meto al horno previamente calentado, a 200º-210º, unos 20 minutos y ya está. Mi horno tiene una función que es con ventilador que es la que normalmente uso. También puede ponerse con la que es arriba y abajo.

El tiempo de horno para el pescado es difícil de decir. Por esta razón, yo he estado muchos años sin atreverme a hacerlo: siempre tenía miedo de que estuviera crudo o pasado, y la verdad tan malo es una cosa como la otra. Un verano en el norte, hace ya varios años, me decidí por fin a hacerlo y desde entonces os digo que es realmente fácil, eso sí, perdonad que me repita, siempre que el pescado sea bueno.

La receta que os he dado sirve prácticamente para cualquier pescado (lubina, besugo, dorada, merluza, ...) y se pueden hacer un montón de variantes:
  1. En la misma fuente en la que luego haremos el pescado, hacemos previamente una "cama" de cebolla y si queremos también de tomate. Ponemos un poco de aceite en la fuente y la cebolla cortada en rodajas finas y el tomate cortado igual. Ponemos sal y pimienta al gusto y metemos al horno, a 180º, hasta que veamos que la cebolla está transparente y el tomate casi hecho. Quizá se dore un poco, pero no pasa nada. Esto puede hacerse antes y reservarlo hasta el momento de poner encima el pescado y hacerlo como os decía más arriba. 
  2. Se pueden añadir aceitunas deshuesadas, champiñones, un chorrito de limón (hay que tener cuidado con el limón porque a veces quita el gusto del pescado), pan rallado por encima del pescado antes de meterlo al horno para que nos quede una especie de costra.
  3. Si tengo hierbas aromáticas frescas, me gusta mucho también poner un par de ramas de romero y una de salvia, encima del pescado. Estas hierbas dan un aroma estupendo. Hay que tener cuidado de no poner demasiadas para no quitar el sabor al pescado.
  4. En el caso del rape, que lo hice esta Semana Santa, nos lo cortaron en rodajas y lo hice igual, con sal, pimienta, vino blanco y un poco de romero fresco. El rape, al ser algo más duro, necesita un poco más de tiempo en el horno. Si está cortado en rodajas, con 20 minutos es suficiente. Si es la cola entera, lo dejaría un poco más.


jueves, 4 de abril de 2013

El pan que sobra no tirarlo

Normalmente no compramos pan a diario en casa. Pero sí los fines de semana. Como es difícil calcular, casi siempre sobra. Y muchas veces lo hacemos aposta para poder cortarlo en rebanadas como de medio centímetro y tostarlo (lo tostamos en el horno, en el grill, por los dos lados; eso es importante, darle la vuelta para que esté tostado por los dos lados) y lo guardamos ya tostado en una caja de metal.

Es muy muy útil para un montón de cosas: una cena improvisada que te pilla sin pan; y para los picoteos y aperitivos varios que iré publicando y que teniendo ya el pan tostado se hacen muy rápido. Por supuesto, también para hacer pan rallado.

Caja de metal con el pan ya tostado